Presión neumáticos coche: importancia, valores recomendados y revisión

Conducir con la presión correcta de los neumáticos no solo garantiza una mayor seguridad, sino también un ahorro económico y menores reparaciones. A continuación, te explicamos qué valores mantener, cómo medirlos correctamente y por qué no debes descuidarlos.

Varios aspectos vitales del vehículo dependen directamente de una buena presión en los neumáticos:

• Seguridad y estabilidad: una presión baja o alta altera la tracción, la respuesta en curvas y aumenta la distancia de frenado. En mojado, puede ocasionar aquaplaning.

• Vida útil del neumático: se desgastan antes e irregularmente si no están bien inflados.

• Eficiencia de consumo: con presión baja, el motor gasta más; puede aumentarse el consumo hasta en un 5 %.

• Menor riesgo de reventón: un neumático desinflado sobrecalienta y puede reventar.

La DGT advierte de que no revisar la presión es un "hábito peligroso", especialmente en períodos como la operación retorno.

Aunque los valores varían según el modelo, estas son las recomendaciones generales:

• Turismos pequeños o medianos: presión entre 2,0 y 2,5 bares (29–36 psi)

• SUVs y vehículos familiares: entre 2,2 y 2,8 bares (32–41 psi)

• Vehículos comerciales ligeros o furgonetas: pueden requerir más de 3,0 bares, según carga

Pero lo más fiable es consultar la pegatina del fabricante, normalmente situada en el marco de la puerta del conductor o en la tapa del depósito de combustible.

1. Haz la medición con el coche en frío, tras al menos 3 horas estacionado o con menos de 3 km recorridos

2. Utiliza un manómetro fiable (en gasolinera o uno portátil)

3. Infla o desinfla hasta alcanzar los valores recomendados. Ajusta también la rueda de repuesto si la llevas

4. Repite este proceso al menos una vez al mes o antes de viajes largos

• Presión baja: aumento del desgaste en los bordes, mayor consumo, pérdida de control y riesgo de reventón

• Presión alta: desgaste del centro de la llanta, menor agarre, conducción incómoda y frenado ineficaz

Un solo bar de diferencia puede aumentar la distancia de frenado en 11 metros en carretera mojada.

Revisar y mantener la presión correcta de los neumáticos no solo mejora la seguridad, sino que también aporta múltiples beneficios adicionales.

Uno de los más evidentes es que prolonga la vida útil de los neumáticos, ya que evita un desgaste prematuro o desigual que puede llevar a sustituirlos antes de tiempo. Además, al optimizar el consumo de combustible, se logra una reducción de las emisiones de CO₂, contribuyendo así a una conducción más sostenible.

Otro aspecto a tener en cuenta es la mayor comodidad de conducción: un coche con la presión adecuada responde mejor, se comporta de forma más estable y ofrece una experiencia más suave y segura al volante. Y por si fuera poco, muchos vehículos modernos ya incorporan el sistema TPMS (Tyre Pressure Monitoring System), que avisa automáticamente cuando la presión baja, ayudándote a mantenerla siempre en niveles óptimos sin esfuerzo.

1. Consulta la pegatina del vehículo para saber la presión recomendada.

2. Revisa con el coche en frío.

3. Usa un manómetro fiable en gasolinera o en casa.

4. Ajusta el aire según sea necesario.

5. Realiza este control mensualmente y antes de viajes.

Mantener la presión correcta en los neumáticos es clave para tu seguridad, tu bolsillo y la vida útil del coche. Con una revisión mensual evitas accidentes, ahorras combustible y alargar la durabilidad de las ruedas.

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